Con la llegada del calor se agudiza un problema que sufren de por sí muchas personas: la pesadez de piernas.
¿Por qué se produce?
La sangre es bombeada desde el corazón y debe regresar a él. El viaje de ida lo realiza gracias a la fuerza contráctil del miocardio, pero el camino de vuelta es más complicado, sobre todo en las piernas que además debe oponerse a la fuerza de la gravedad. Para llevarlo a cabo las grandes venas cuentan con unas válvulas, como en las piernas. A esta “ascensión” se le puede ayudar cuando se mueven las piernas, ya que las contracciones de los músculos actúan como una bomba similar a la del corazón. Esta es la razón por la que el ejercicio ayuda a evitar este problema, mientras que el sedentarismo se convierte en una lacra.
Cuando la sangre no fluye se va estancando , esto produce un aumento de la presión local y si continúa pueden llegar a producirse las temidas varices.
Factores que lo pueden desencadenar
La obesidad.
El empleo de prendas demasiado ajustadas.
Uso de tacones demasiado altos o demasiado bajos.
La vida sedentaria, sobre todo permancer de pie sin moverse demasiado tiempo.
Tabaco y alcohol.
Los anticonceptivos orales.
Un exceso de ingesta de sal, tiende a retener líquidos.
Una excesiva exposición solar.
Ejercicio anaeróbico, tipo levantamiento de pesas.
Golpes y traumatismos, que supongan pequeñas roturas capilares (los molestos cardenales).
Decálogo para evitar las piernas pesadas
Realizar ejercicio aeróbico del tipo caminar, correr suavemente, bicicleta, etc, como mínimo media hora al día. En el caso de practicar ejercicio intenso corriendo o en bicicleta, acabar los últimos 15 minutos con un ejercicio más moderado para “enfriar” las piernas.
Realizar círculos en el aire con las puntas de los pies cada media hora si se está mucho tiempo sentado, por ejemplo delante del ordenador.
Caminar de puntillas, al menos, diez minutos al día.
Dormir con las piernas ligeramente elevadas.
Al sentarse, por ejemplo para ver la televisión, elevar las piernas en una silla.
Evitar las ropas ajustadas, especialmente a la altura de los muslos.
Utilizar calzado cómodo, en el caso de mujeres con pequeño tacón.
Realizar baños alternantes de agua fría y caliente. En las duchas acabar siempre con agua lo más fría posible apuntando el chorro de ésta a los tobillos ascendiendo lentamente hasta las caderas.
Realizar masajes ascendentes desde los tobillos en dirección al corazón para ayudar al retorno venosos, para ello te ofrecemos en NaturalSensia.com diferentes opciones:
Se puede recurrir a las medias de compresíon ligera, con su uso se establece una presión desde la parte inferior de la pierna hacia la superior.
Con todos estos consejos y siendo constante tus piernas mejoraran de salud y de apariencia.