Muchas veces creemos que la piel es un simple “envoltorio” que cubre nuestro organismo y no le damos toda la importancia que tiene como el órgano más grande del cuerpo humano. La de un adulto ocupa aproximadamente 2 m2 , pesa unos 5 Kg. (16% de nuestra masa corporal) y posee un grosor variable, desde el medio milímetro de los párpados hasta los 4 mm de los talones. Nos pone en contacto con el mundo exterior actuando a la vez como barrera y como medio de comunicación con el entorno y, al mismo tiempo refleja nuestro estado interior. En naturalsensia.com creemos que para que una piel esté bella y pueda lucir, debe estar, ante todo, sana y en perfecto equilibrio.
La piel consta de tres capas que pasamos a describir de dentro a fuera:
La capa subcutánea
Es la capa más profunda de la piel encargada de la parte metabólica, alimentación y regulación térmica y de conferirle su elasticidad característica. Está constituida en su mayor parte por tejido graso, aunque también está presente el tejido conectivo, vasos sanguíneos y pequeños músculos capaces de contraerse para producir la famosa piel de gallina.
La dermis
Está formada de tejido conectivo, fundamentalmente por fibras de colágeno y células de tejido conectivo (fibroblastos). En ella se encuentran extendidas las redes nerviosas y de vasos sanguíneos. Además se sitúan las bases de los folículos pilosos donde se encuentran las glándulas sebáceas responsables de excretar el sebo, sustancia protectora de la piel de naturaleza oleosa. También se hallan en la dermis las glándulas sudoríparas. Es la capa donde se absorbe todo aquello que apliquemos sobre nuestra piel.
La epidermis
Es la zona más externa y, precisamente por ello, la debemos cuidar para que nos pueda proteger. Para protegernos, se desprende de sus capas exteriores mediante la llamada descamación, eliminación de las células muertas empujadas por nuevas células formadas en las capas profundas (capa basal) de la epidermis por mitosis sucesivas y continuas. Se forman primero los queratinocitos que van migrando hacia el exterior para posteriormente descamarse en la capa más externa.
Existen en la epidermis células como son las de Langerhans encargadas de la defensa inmunitaria de la piel. Además también podemos hallar en la zona basal los melanocitos, células que contienen un pigmento de la piel llamado melanina, que es el encargado de la fotoprotección y, a la vez, el responsable de la coloración de la piel.
El proceso de renovación desde la formación de las céluas en las capas más porfundas hasta la expulsión de las céluas muertas en la capa más externa de la piel dura 28 días (un ciclo lunar exacto) y hace que, a lo largo de nuestra vida lleguemos a eliminar hasta 20 Kg. de células muertas.
Como se puede ver la piel es un órgano complejo que es necesario cuidar para mantenerlo sano.