La menta posee un sabor y olor conocido por todos al fin y al cabo ¿quién no ha comido nunca un caramelo de menta?
Sus propiedades, por todos conocidas, le vienen por su alto contenido en aceite esencial.
Éste es rico en un alcohol, llamado mentol, que es una sustancia cristalina, es el que produce el característico olor y el frescor si se coloca en la boca o en la piel.
Este efecto es debido a la potente vasoconstricción que produce, razón por la cual es capaz de contrarrestar la vasodilatación de una inflamación o de un prurito, por lo que se emplea para combatir el picor o el dolor.
Esa concentración en el mencionado principio activo le confieren también capacidad estimulante y tónica, tanto cuando se aplica en la piel como cuando se ingiere o inhala.
Posee también triterpenos y flavonoides, ambos con propiedades antiinflamatorias
Además, como todo aceite esencial, también posee unas propiedades antisépticas muy interesantes.
Puede hibridarse facilmente, por lo que existen una gran infinidad de subespecies y variedades.