Leemos en el blog Belleza en Vena un interesante artículo titulado Desmontando mitos cosméticos del martes 10 de enero al que modestamente quisieramos contestar.
Lo primero es agradecer el tono distendido del post que hace muy agradable su lectura.
Se basa el artículo en una conferencia de la Dra Howard que analiza diferentes aspectos .
En su primer punto comenta sobre los cosmecéuticos que como ella misma dice es un término más propio del marketing farmacéutico que con un contenido legal específico. Para nosotros todo producto destinado a embellecer la piel ha de hacerlo mediante la curación, una piel san es una piel bonita, por lo tanto entendemos que toda producto cosmético lleva implícito una función terapéutica.
El segundo aspecto habla de la cosmética natural y orgánica.
Es este segundo párrafo donde mostramos nuestra disconformidad con algún postulado.
Por supuesto, que nunca se puede afirmar en genérico que la cosmética natural sea mejor, pero si que presenta algunas ventajas. También destacamos que en la naturaleza existen productos venenosos, de hecho la sustancia más venenosa, la que menor cantidad necesita para matar a una persona, es natural y está muy de moda en la cosmética actual, es la famosa toxina botulínica.
Lo que no podemos pasar por alto es que se consideren naturales a los derivados del petróleo, que, aunque su materia prima proceda del hidrocarburo, este pasa un proceso de refinamiento en el que se obtienen polímeros y diferentes sustancias. Alguien osaría llamar al plástico sustancia natural aunque también tenga su origen en el “oro negro”. Respecto al porqué de la no conveniencia de emplear derivados del petróleo en nuestras cremas hemos publicado un artículo ayer.
Después aborda el tema de la cosmética orgánica. Es un término anglosajón cuya traducción más certera es el de cosmética ecológica.
Respecto a ese tema estamos de acuerdo en el tema de la falta de legislación, de consenso a nivel europeo y de la limitación de los avales. Mantenemos la esperanza los que creemos en la verdadera cosmética natural de que se llegue a un acuerdo de un sello de certificación de ámbito europeo y, por que no, mundial.
Por último hable del tema de los parabenes.
Hay que reconocer que los parabenes han sido la diana preferida de los defensores de la cosmética natural. Ahora la industria productora de este tipo de conservantes les quiere hacer un lavado de imagen. Lo primero a decir cuando se minusvalora por poco extenso un estudio que pone de manifiesto efectos secundarios o tóxicos de una sustancia, es que esos estudios no suelen contar con los grandes medios económicos y técnicos de la potentes industria, sino que son realizados por pequeñas instituciones privadas o públicas. cuyo fin es poner de manifiesto potenciales riesgos.
Los estudios que lo relacionan con el cáncer de mama son difíciles de demostrar, lo que si parece más claro es la capacidad mutagénica que posee el methylparaben tras la exposición solar en una piel.
Independientemente los que apostamos por cosmética natural creemos que no es necesario asumir el riesgo de emplear conservantes tan químicamente estables sobre la piel, que precisamente por esa carcterística son potencialmente más peligrosos, y creemos que la naturaleza nos ofrece otras posibilidades mucho más seguras para controlar la proliferación microbiana en una formulación.