No es nuestra intención desde este blog entrar en críticas y visiones negativas, pero lamentamos que cuando uno pone en el Google “cosmetica natural” la primera marca que aparezca sea Korres.
Sabemos que ha sacado una línea natural y certificada pero el resto de la marca queda lejos de poder definirse como natural y la propia marca no los ha certificado con ninguno de los avales que existen.
Los que amamos la cosmética natural y pensamos que se trata de una manera de cuidarse la piel y de cuidarse uno mismo, nos da cierta rabia cuando entendemos que se denomina cosmética natural a lo que nosotros entendemos que no lo es.
Para dilucidar si un producto pertenece a la cosmética natural o no lo definitivo es su declaración de ingredientes o INCI.
Examinamos la fórmula de uno de sus productos estrella, según su propia categorización:
La crema de rosa salvaje
En su página web declaran que no tienen Proplienglicol, sin embargo en su INCI podemos ver que el segundo componente mayoritario es un PEG, el 8, que es un derivado de los polietilenglicoles, además cuentan con el 20 y el 40. Todos ellos derivan del etileno y se suelen sintetizar a partir del petróleo.
A continuación y como ingrediente también en alta concentración nos encontramos otro emoliente que es el hexyldecanol que es sintético, y nada natural.
Es verdad que no tiene parabenes, pero esto no es un signo de ser natural, ya que este mismo blog ya hemos declarado que el fenoxietanol que emplean y además en relativa alta concentración es un mal sustituto de los parabenes.
En absoluto queremos negar la calidad de esta crema y de esta marca, pero lo que si hemos querido es dejar claro porque creemos que no se la debe considerar natural.