El concepto cosmética sensorial ha aparecido en los últimos años y va más allá del Marketing; también en este campo la cosmética natural es muy superior a la cosmética convencional formulada con principios activos sintéticos
Estimular nuestros sentidos
Cuando nos aplicamos una crema, una leche o un aceite estamos estimulando varios sentidos a la vez:
El tacto
Mientras notamos su textura acariciándonos la piel. También es importante el notar como nos queda ésta tras habernos puesto la crema. Es posiblemente un sentido que no tenemos en la conciencia y posiblemente el que más influye a la hora de que elegir crema.
La vista
Una fórmula cosmética ha de tener una apariencia agradable.
Existen estudios que dicen que aplicarnos una crema de color verde nos aporta una sensación de frescor, de ahí que todas las fórmulas para pieles grasas se fabrican de ese color.
Y tras ser aplicada una crema en nuestra cara nos debe dejar la sensación de estar más guap@ es decir parecernos más agradables a la vista.
El olfato.
Uno de los sentidos de nuestro cerebro reptiliano, por tanto, un sentido muy relacionado con el sistema límbico, es decir con el órgano de la recompensa y de los placeres. En eso radica el secreto de los perfumistas y de las fórmulas que nos evocan y nos hacen trasladarnos a otros lugares…
El gusto.
No solemos “comernos” las cremas, pero se podría hacer con algunas. Como las de dulkamara que demuestran lo naturales que son permitiendo ser comidas.
Regalarse un momento y un espacio
Ya se ha presentado en otros artículos cuando se habló de la cosmética como emocionante, profunda
Es un momento que uno se regala y esa dedicación en si ya resulta beneficiosa y terapéutica y trata mucho más allá de la piel. Además si se emplea cosmética natural también se puede tener la tranquilidad de no estar poniendo a nuestra piel sustancias tóxicas que representen un peligro para la salud.