Objetivo de la higiene corporal
Elimina la suciedad que se nos ha ido adhiriendo durante el día
La higiene corporal tiene como fin eliminar las sustancias que se han adherido a nuestra piel a lo largo del día, como los contaminantes o la suciedad.
Elimina sustancias corporales
Además se eliminan las secreciones corporales, como la grasa procedente del sebo cutáneo que se ha enranciado o degradado, el sudor, y otras secreciones corporales.
Además como ya se ha explicado repetidamente en este blog, la piel nace en las capas internas y desde ahí dentro es empujada hacia el exterior. Durante este viaje las células van sufriendo una “degradación” con la pérdida de núcleo incluido, hasta llegar a formar una última capa de células muertas. Si estas no se eliminan, pueden asfixiar la piel.
Elimina microorganismos
Además trata de erradicar las bacterias y otros microorganismos; estos son los que al degradar el sudor y otras secreciones corporales producen el mal olor.
En ocasiones estos microorganismos pueden resultar patógenos y crearle problemas a nuestra piel.
Aporta bienestar corporal
¿Quién no ha sentido un mayor bienestar tras pasar por la ducha después de una sesión de deporte o tras un agotador día de trabajo?
Limpiar y tonificar la piel genera una sensación de bienestar que por las mañanas se puede emplear para ayudar a despertarse y por las noches puede relajar y ayudar a conciliar el sueño.
¿Que le ocurre a nuetra piel con una limpieza en exceso?
Eliminación de la película de protección
La piel segrega una película hidrolipídica que tiene una función de protección. Si la eliminamos de manera contínua, desprotegemos la piel, pudiendo conseguir con la limpieza el efecto opuesto al buscado, ya que la dejamos a merced de infecciones patógenas.
Desequilibrio de la flora saprófita
Además sobre nuestra piel existe una flora microbiana saprófita, es decir, que convive con nosotros de manera habitual en un hábil equilibrio. Esta proporcionalidad se produce porque compiten por el mismo nicho alimentario. Así se asegura que no exista un exceso de ninguna de estas bacterias u hongos, evitando que se convierta en patógenos.
Si usamos un jabón con una sensibilidad por una bacteria concreta se puede romper este balance. Eliminado uno de los microorganismos otros pueden aprovechar su desaparición para aumentar su población peligrosamente.
Por ejemplo se pueden erradicar mediante antisépticos bacterias de la piel, quedando el medio ideal para el crecimiento de hongos y levaduras, desatando así una candidiasis.
Peligro de irritación
En muchos de los jabones se pueden encontrar tensioactivos irritantes como los derivados del azufre a los que ya se les dedicó un artículo en este blog.
En ese caso no se necesita que exista un exceso de limpieza, sino que con el solo contacto con la piel con estas sustancias tóxicas pueden aparecer síntomas de irritación.
Peligro de penetración de sustancias
Cuando eliminamos la capa hidrolipídica de la piel, aumentamos su permeabilidad, eso hace que puedan penetrar en nuestro organismo sustancias peligrosas y tóxicas al haberse reducido la función de barrera de la piel.
Este problema se agudiza si la retiramos en repetidas ocasiones.
¿Alzheimer?
Además existe un estudio de la Universidad de Cambridge que relaciona el exceso de higiene con el Alzheimer.
¿Cuanto resulta excesivo?
Esta es una pregunta de difícil respuesta.
No deberíamos lavarnos las manos más de ocho veces al día. Por supuesto, antes de cada comida y siempre después de cualquier acción que las hubiese podido manchar o contaminar.
No deberíamos ducharnos más de una vez al día y desde luego nunca repetir el baño en una misma jornada.
Medidas de prevención en caso de necesitar una higiene repetida.
Existen casos, ya sea por profesión o por otras cuestiones, en las que se requiera un lavado más frecuente.
¿Qué se puede hacer en estos casos?
Mejor la ducha que el baño
En caso de tener que asearse en varias ocasiones en un día, será preferible acudir a la ducha que sumergirse en un baño, dado que este reblandece la piel.
Secarse bien las manos
Una de las medidas a las que se debe prestar una especial atención es al secado de las manos después de cada lavado. Estas no deben quedarse húmedas. Para eliminar el agua conviene usar toalla pero sin restregar.
Emplear cosméticos naturales
La cosmética natural no presenta detergentes irritantes, ya que su base lavante suele ser el glucósido de coco.
Además en caso de irritaciones, siempre se pueden usar hidratantes como lociones o aceites corporales naturales que restablecen el equilibrio natural de la piel.
Especial atención con los niños
Los pequeños de la casa son los más sensibles al exceso de higiene, por lo que no se le debe bañar con agua y jabón nunca más de una vez al día. En verano y, caso de buscar refrescarles se les podría bañar más veces pero hacerlo con agua y sin detergente.
A ellos siempre se les debe aplicar un aceite o loción corporal.