Este artículo lo han escrito desde Saper para NaturalSensia.com
No todos los Jabones son iguales
Hoy en día podemos encontrar un sin fin de productos en las tiendas bajo la denominación de “jabón”, desde la tradicional “pastilla de jabón” a una variedad casi infinita de “jabones líquidos”, para las manos, para el cuerpo, (gel de baño), para la limpieza del hogar, etc….
Pero realmente “¿es todo jabón….?”
En este artículo nos vamos a centrar en las pastillas “sólidas de jabón” y vamos a dejar el tema de los “jabones líquidos” para otra ocasión.
Para descubrir el origen del jabón y ver cómo ha evolucionado a lo largo de la historia, tenemos que remontarnos al pasado, de esta manera, seremos capaces de entender las grandes diferencias que existen entre lo que la industria llama “jabón” hoy en día y lo que fue el jabón en su origen.
Empecemos por el principio, para elaborar un jabón son necesarios dos ingredientes principales:
- un ácido graso (procedente de un aceite vegetal o una grasa animal)
- un álcali (hidróxido de sodio o sosa)
La unión de estos dos ingredientes produce una reacción química conocida como “saponificación”, es decir, se descomponen las moléculas del ácido graso y del hidróxido sódico y se reordenan, dando lugar a un nuevo producto, jabón + glicerina.
Este sistema de fabricación se utilizó desde la antigüedad, hasta mediados del siglo XX, con algunas variaciones y mejoras que se produjeron a lo largo del tiempo, como fue sustituir las grasas animales por aceites vegetales (oliva, girasol) y sustituir el álcali, que obtenían de la ceniza de la madera, por el hidróxido sódico, base alcalina desarrollada en 1789 por el químico francés Leblanc.
Este proceso de elaboración tradicional (saponificación en frío) es el que Såper utiliza para fabricar todos sus jabones, utilizando aceites y mantecas vegetales de producción ecológica y primera extracción en frío, lo que garantiza el aporte de los ácidos grasos esenciales y vitaminas al producto final, junto con la glicerina generada durante la reacción de saponificación, lo que lo hace más hidratante y humectante, además de nutritivo y emoliente.
Pero no todos los jabones que nos encontramos hoy en día en el mercado están elaborados mediante este proceso de saponificación en frío, la mayoría, el 99 %, están elaborados de forma industrial, saponificando los ácidos grasos a altas temperaturas, extrayendo la glicerina y destruyendo los ácidos grasos esenciales y vitaminas, dando lugar a un producto muy distinto, pero que también lo denominan “jabón”.
Diferencias entre los procesos de elaboración
Vamos a ver cuales son las principales diferencias en los procesos de elaboración, para entender las diferentes calidades del producto terminado.
Método tradicional de saponificación en frío (elaboración artesana)
Los ingredientes principales son los ácidos grasos, (aceites vegetales), y una base alcalina, el hidróxido sódico.
En primer lugar se disuelve el hidróxido sódico en agua y se produce una reacción exotérmica, que puede alcanzar los 90º de temperatura. Una vez se ha enfriado completamente, mezclamos con los aceites vegetales y comienza la reacción de saponificación. Batimos y obtenemos una pasta consistente que colocamos en unos moldes y dejamos reposar unas 72 horas, hasta que la mezcla ha endurecido. Posteriormente se desmolda y se corta en pastillas que se dejan secar durante 30 días, tiempo que tarda en completarse la reacción de saponificación.
Ventajas
Los aceites vegetales no son sometidos a altas temperaturas en ningún momento del proceso, por lo que mantienen los ácidos grasos esenciales y las vitaminas, además de contener la glicerina generada durante la reacción de saponificación (ver imagen), lo que hace que estos jabones tengan propiedades humectantes, nutritivas e hidratantes.
Såper utiliza aceites vegetales de primera extracción en frío y de producción ecológica, lo que garantiza que los aceites están libres de pesticidas y productos fitosanitarios que se utilizan en la agricultura convencional, además no han sido refinados, ni sometidos a altas temperaturas en su proceso de extracción, por lo que nos llegan con todas sus propiedades intactas.
Los jabones elaborados mediante el proceso de saponificación en frío y con aceites vegetales de producción ecológica, se pueden utilizar para el rostro, limpian, desmaquillan y aportan nutrición y humectación a la piel. Es lo que podemos denominar “JABÓN” en estado puro, y es el de mayor calidad que podemos encontrar en el mercado.
Método de elaboración industrial
La industria realiza la saponificación en caliente de los distintos aceites por separado, así obtiene virutas de jabón de sodio de los distintos aceites vegetales, “sodium olivate”, si ha saponificado aceite de oliva, “sodium cocoate” si ha saponificado el aceite de coco, o “sodium palmate´”, si ha utilizado aceite de palma. Estas virutas las mezclará posteriormente en el proceso de extrusión para obtener la pastilla final.
La glicerina que se genera de este proceso, se extrae, y se vende por separado a la industria cosmética y farmacéutica, ya que es un subproducto muy valorado por su poder humectante, para elaborar cremas y otros productos.
El jabón pierde de esta manera su capacidad hidratante y suavizante, además de perder las vitaminas y ácidos grasos esenciales, por las altas temperaturas a las que han sido sometidos los aceites, tanto en el proceso de saponificación en caliente, como en el proceso de secado.
Una vez la industria tiene las virutas de jabón de sodio de los distintos aceites vegetales, las introduce en una máquina de extrusión donde se vuelven a someter a altas temperaturas para fundirlas y obtener mediante presión y calor, una barra de jabón continua, que irá cortando en pastillas unitarias
Ventajas
La única ventaja de este método es su coste, muy económico para la industria, y no tanto para el consumidor final, que está comprando un producto limpiador, sin ninguna propiedad cosmética.
Inconvenientes
La calidad del jabón es muy baja, ya que es un producto que conserva su capacidad limpiadora, pero ha perdido los ácidos grasos esenciales, las vitaminas, y la glicerina, por lo que no es humectante, ni hidratante, ni nutritivo.
¿Cómo diferenciar Jabones artesanales de los industriales?
Para el consumidor final no es tarea fácil diferenciar uno de otro, no nos podemos fiar de lo que pone en la etiqueta delantera, por lo que no nos queda más opción que la de leer la etiqueta de los ingredientes, es decir, el INCI, el listado de los ingredientes que componen el producto, ordenados de mayor a menor concentración en la fórmula. Ahí es donde vamos a poder diferenciar uno de otro:
En los jabones elaborados de forma artesanal, mediante el proceso de saponificación en frío, el nombre de los aceites vegetales utilizados aparecen con su nombre en latín:
- Olea europaea fruit oil: aceite de oliva
- Cocos nuccifera oil: aceite de coco
- Palm oil: aceite de palma
En el caso de los jabones elaborados mediante procesos industriales, en el listado de ingredientes encontraremos la siguiente nomenclatura:
- Sodium olivate: para el aceite de oliva
- Sodium cocoate: para el aceite de coco
- Sodium palmate: para el aceite de palma
Además de un sin fin de aditivos sintéticos, como son los aromas artificiales, colorantes, espumantes, etc….
Conclusiones
Como hemos visto podemos encontrar productos muy distintos bajo la denominación de “jabón”, nosotros somos los que decidimos comprar el producto que mejor se adapte a nuestras necesidades, pero para poder tomar una decisión consciente, primero tenemos que disponer de la información necesaria para poder elegir.