A este tema se le han dedicado ya varios artículos en nuestro blog:
¿Qué debe contener la etiqueta de un cosmético?
¿Cómo se certifica un producto de cosmética natural?
Pero es verdad que a diario nos llegan muchas consultas comentando lo difícil que resulta leer una etiqueta y, sobre todo, encontrar el producto que realmente uno desea adquirir y no nos den gato por liebre…
Lo que realmente determina la idoneidad de un producto y, especialmente, el hecho de que su composición sea natural lo marca el INCI. Conviene no hacer demasiado caso a lo que aparece en las etiquetas en letras grandes como lo que ya se comentó en el artículo sobre Greenwashing y centrarse única y exclusivamente en el listado de ingredientes, que desde hace unos años es de obligado cumplimiento su aparición en el envase.
Por desgracia, la industria cosmética química se ha basado en promesas incumplidas, jugando con la ilusión y con el dinero de muchas personas. Para evitar esto lo mejor es aportar al consumidor toda la información posible, para que, sin engaño ni presión pueda decidir libremente lo que más se ajuste a sus necesidades y presupuesto.
INCI
La declaración de ingredientes International Nomenclature of Cosmetic Ingredients (Nomenclatura internacional de ingredientes cosméticos) ordena todos los ingredientes de mayor a menor concentración. Así los que ocupan los primeros lugares son los mayoritarios, mientras que los últimos se encuentran en pequeñas proporciones. Sin embargo, esa pequeña cantidad no resulta desdeñable a la hora de valorar la toxicidad. De hecho los temidos Parabenes, o el fenoxietanol se encuentran al final de esta lista y sus efectos indeseables se han puesto varias veces de manifiesto en este blog.
A la hora de mirar una crema debemos tener en cuenta que generalmente los ingredientes se dividen en tres grupos principalmente:
La Base de la formulación
Más de la tercera parte de una crema está formada por la base. Consiste en la mezcla de agua y de aceite sobre el que luego se añadirán los principios activos antioxidantes, nutritivos, etc. y lo necesario para acondicionar la fórmula.
En cosmética convencional
En cosmética de origen químico industrial esta base proviene de la mezcla de agua con aceites minerales derivados del petróleo, como parafinas y siliconas.
Oclusionan la piel y con ello dan una falsa apariencia de hidratación al cutis. Así “taponan” la salida de sustancias de deshecho de la piel, pudiendo ocasionar problemas de toxicidad por no poder evacuarse.
No aportan nada de actividad en una crema y, sin embargo, son la mayor parte en cantidad de la fórmula.
Además son de difícil degradación, con lo que sus efectos nocivos permanecen mucho tiempo sobre la piel y en el medioambiente.
En cosmética natural
En cosmética natural los aceites que se mezclan con el agua ya tienen de por si una actividad positiva sobre la piel como es la nutrición y la hidratación. Se emplean aceites y mantecas de origen vegetal…
En este blog ya se han descrito en repetidas ocasiones los efectos de estos componentes:
Aceites vegetales y cosmética natural
Descripción de los aceites vegetales empleados en cosmética natural
El agua con la que se emulsionan estos aceites puede provenir de manantial natural o, incluso, ser un agua floral que aporta ya principios activos como antisépticos, aromas, etc.
Los principios activos
Se suelen encontrar hacia la mitad del listado INCI.
En cosmética convencional
Suelen ser productos de síntesis, en muchos de los casos están registrados ®. Por ser de investigación reciente sus efectos a largo plazo no son ni conocidos ni predecibles.
La industria cosmética también emplea una gran cantidad de vitaminas, como el retinol (Vitamina A), el tocoferol (Vitamina E) o el ácido ascórbico (Vitamina C). Sin embargo las emplean aisladas, obtenidas en el laboratorio, de esta manera son mucho menos efectivas que cuando se encuentran en sinergia con otros principios activos de las plantas.
En el caso de la industria química de la belleza la inclusión de principios activos viene muy condicionada por las tendencias de la moda, incluyendo, en determinados casos, principios activos innecesarios e, incluso incompatibles, solo porque el “mercado lo demanda”.
A veces, y por la propia tendencia del mercado hacia lo natural, la cosmética industrial introduce en sus formulaciones pequeñas cantidades de sustancias naturales anunciándolo en el envase, pero rodeándolo siempre de gran cantidad de sustancias químicas.
En cosmética natural
Los principios activos proceden de plantas. Los podemos encontrar con el nombre botánico linneano “Género especie”, así como la descripción en la que se indica de que parte procede o en qué forma se han formulado, aceite esencial, oleomacerado, extracto, etc.
Los excipientes
Se definen como componentes de la fórmula sin actividad aparente sobre la piel, pero que se requieren en una crema para mejorar sus propiedades. Las actividades que suelen ejercer son las de aromatizar, conservar, colorear etc.
Se encuentran en pequeña cantidad, por lo que se hallan en las últimas posiciones del INCI.
En cosmética convencional
Aún en la baja concentración mencionada anteriormente sus efectos tóxicos no son nada desdeñables.
Aquí encontramos:
Conservantes
Como los parabenes o el Fenoxietanol.
Pero también se encuentran los liberadores del formaldehido .
Colorantes
Como todos los que se indicaron en el artículo de Colorantes a evitar en cosméticos.
Perfumes y aromatizantes
La cosmética industrial emplea esencias artificiales mucho más concentradas en citral, linalol limoneno, etc, que además se liberan mucho más fácil de la fórmula causando los efectos indeseables que se le conocen sobre la piel.
Emulgentes
Para romper la barrera tensoactiva se emplean emulgentes muy dañinos como los PEG, que además de causar daños a la piel por su toxicidad per se, modifican la permeabilidad de la piel, permitiendo que penetren sustancias dañinas como las anteriormente mencionadas.
En cosmética natural
En cosmética natural
Conservantes
Ya se ha comentado en este blog la necesidad de emplear conservantes de cara a que no se degrade el producto y poder alargar la caducidad.
Cabe decir que al contener menor proporción de agua, la crema natural requiere de una menor cantidad de conservantes.
Se emplean básicamente los aceites esenciales, el etanol y los benzoatos. Son seguros y se pueden encontrar en la naturaleza. Su tolerancia es mucho mayor y su índice de alergias mucho menor.
Perfumes y aromatizantes
En cosmética solo se emplean los aceites esenciales mucho mejor tolerados que las esencias artificiales.
Colorantes
No se requieren en la mayor parte de las cremas. En las que contienen color, éste viene dado por los óxidos de hierro, que son minerales inertes que no penetran en la piel y que no desencadenan ninguna toxicidad.
Emulgentes
Con el fin de poder hacer miscibles y estabilizar estas mezclas la cosmética natural emplea emulgentes naturales.
En el INCI de ciertos productos naturales/bio, como por ejemplo en los productos solares y maquillajes aparecen ciertos ingredientes que no me acaban de convencer y sobre todo cuando
buscas información sobre ellos. En concreto me refiero a algunos como CI 77891 (TITANIUM DIOXIDE), CI 77491 (IRON OXIDES), CI 77492 (IRON OXIDES), CI 77499 (IRON OXIDES)………..
Por ejemplo sobre el Dióxido de titanio he leído que hay estudios que lo han señalado como un carcinógeno y fotocatalizador. Pero son ciertas estas afirmaciones? ¿Qué dice la investigación sobre estas denuncias? Deberíamos evitar este mineral para preservar nuestra salud a largo plazo?
Al respecto de lo que comenta se han escrito en nuetro blog varios artículos que a continuación le remitimos:
Dióxido de titanio en cosmética
http://www.naturalsensia.com/blog/2013/08/colorantes-a-evitar-en-cosmeticos/
Los sellos certificadores hacen controles periódicos y analíticas que certifican la ausencia de este tipo de ingredientes.
Más allá de eso solo nos queda la confianza en ellos….