Una de las ventajas de la cosmética natural certificada es que uno puede estar seguro de que no se aplican sustancias tan ajenas a nuestra piel como puede ser el amoníaco.
¿Qué es el amoníaco?
El amoníaco es un gas incoloro con un característico, penetrante y desagradable olor, de hecho, él y sus derivados, las aminas son los causantes del aroma nauseabundo de la materia orgánica en descomposición.
Lo que vulgarmente se conoce como amoníaco es una disolución en agua de dicho compuesto y es esto lo que se emplea como limpiador de manchas de grasa en la cocina, en la ropa o en casa. Su efecto disolvente se debe a su carácter fuertemente alcalino.
Químicamente responde a la fórmula NH3, es decir, una combinación de hidrógeno con nitrógeno.
El amoníaco en cosmética
En el INCI podemos encontrarlo bajo el nombre indisimulado de ammonia.
Se emplea en los tintes capilares sintéticos.
Su función es la de abrir las cutículas capilares. Las hincha de manera similar a como se hinchan las manos tras permanecer un rato prolongado bajo el agua en la bañera, solo que el amoníaco hace este efecto de manera bastante más agresiva.
Posteriormente el tinte sintético penetra y al contener peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) remueve los pigmentos capilares naturales que pueden ser sustituidos por otros sintéticos que contenga el tinte.
Toxicidad del amoníaco en cosmética
El amoníaco es una sustancia indeseable que puede provocar una multitud de efectos tóxicos, algo que conoce bien quien tenga tendencia a emplear este tipo de productos de manera regular.
Irritación cutánea
El amoníaco causa problemas dermatológicos por ser corrosivo debido a su ph fuertemente alcalino. Los profesionales que lo emplean a diario en peluquerías deberían hacerlo siempre con guantes.
Las personas con dermatitis deben abstenerse totalmente del empleo de productos que contengan amoníaco.
Irritación de las vías respiratorias
El amoníaco es un gas, por lo tanto volátil, y susceptible de ser inhalado especialmente cuando se aplica un producto con este ingrediente en la cabeza. Puede quemar las vías respiratorias manifestándose con toses repetitivas, laringitis y dolor de pecho.
Irritación ocular
Los ojos, también muy cerca del cabello a teñir, también pueden sufrir irritaciones si entran en contacto con el amoníaco de los tintes. En las dosis en las que se presentan en este tipo de productos no suele pasar de una molestia pasajera y limitada en el tiempo.
Contraindicación en embarazo
Las mujeres gestantes deben abstenerse de entrar en contacto por vía cutánea o por inhalación con esta sustancia por la toxicidad que presenta el amoniaco para el feto. Por tanto deben abstenerse de emplear tintes sintéticos optando por los naturales.
Evitar el amoníaco en cosmética
Los tintes naturales certificados no cuentan con amoníaco.
Aunque todavía resultan algo más difíciles de aplicar, sus propiedades cosméticas y de permanencia han mejorado hasta hacerlos una opción válida para todos, pero resultan imprescindibles para personas con dermatitis, sensibilidad cutánea y mujeres embarazadas.