La bardana, Arctium lappa, es una de las plantas que se ha empleado tradicionalmente con muchos y variados usos.
De la utilidad de esta planta en dermatología ya habla el nombre popular de esta planta que se conoce como la “hierba de los tiñosos”.
Su poder desinfectantes, potente bactericida y antifúngico es conocido desde hace tiempo. Solo en la actualidad se ha conseguido aislar sus principios activos:
Un amargo, arctiopicrina que le dota del poder antifúngico
Un lactona sesquiterpénica que le confiere el poder antiobiótico.
Por ello es muy útil para combatir patologías cutáneas de diferente origen como pueden ser el acné, la psoriasis, los eczemas o las dermatitis y la caspa.
La raíz contiene un aceite esencial (oleum bardanae) que se ha relacionado con la estimulación folicular; crecimiento del cabello.
Posee un efecto regulador de la secreción sebácea gracias a la acción astringente de sus taninos y al poder antioxidante de la vitamina C.
Su fruto presenta muchos garfios que se adhieren a los animales para ser difundida, de ahí proviene el dicho de “pegajoso como la bardana”.