Para protegerse de estos efectos perjudiciales, la piel del ser humano cuenta con la producción de melanina, un pigmento que impide que las radiaciones solares más perjudiciales penetren en la piel. Es la responsable principal de la coloración de la piel y es la que dota del color moreno cuando se estimula su producción bien sea por el sol o por autobronceadores. El número melanocitos, células que producen dicho pigmento varía según los tipos de piel. Es máxima en las personas de raza negra, y mínima en las pieles más claras y sensibles al efecto del sol.
Existen así 6 Fototipos:
Fototipo I
Se queman fácilmente, no se broncean nunca y enrojecen. Son pelirrojos y con muchas pecas. Sin protección se queman en 10 minutos.
Fototipo II
Se queman fácilmente, broncean un poco. Son rubios. Sin protección se queman en 15 a 20 minutos.
Fototipo III
Se queman moderadamente, broncean progresivamente. Son morenos. Sin protección se queman en 30 minutos.
Fototipo IV
Se queman poco, siempre broncean bien. Latinos. Sin protección se queman en unos 45 minutos.
Fototipo V
Se queman raramente, siempre están bronceados. Árabes. Asiáticos. Sin protección se queman en una hora aproximadamente.
Fototipo VI
No se queman, muy pigmentados. Negros.
Para protegerte de los efectos del sol lo primero es, además de conocer tu fototipo debes contar con el Índice de UV, que se publica diariamente y que es uno de los factores que nos debe hacer decidir el protector que debemos emplear. Se calcula para la radiación solar máxima (al mediodía y sin nubes). Va del 1 al 10: Siendo el 1 y 2 débil; el 3 y 4 moderado; el 5 y 6 alto; el 7 y 8 fuerte; y 9 y 10 extremo.