Nadie es inmune al paso del tiempo y éste deja su huella en nuestra vida y en nuestra piel, minimizar sus efectos depende, en parte de nosotros.
Lo mejor para combatir a nuestro enemigo, en este caso las temidas arrugas es conocerlas:
Tipos de arrugas
No todas alas arrugas que aparecen en nuestra piel son iguales:
Arrugas de expresión
Son las producidas por los movimientos repetitivos de contracción y relajación de las células de la dermis y los fibroblastos. La piel con los años pierde esa capacidad de volver a su estado original. Suelen aparecer a partir de los 30 años, y cuando lo hacen es alrededor del ojo, las famosas patas de gallo, y en la zona del labio superior, el conocido como código de barras.
Arrugas generadas por el paso del tiempo
Con los años el entramado de fibras se desordena formando incisiones, son las llamadas arrugas de trama.
Las de laxitud se forman cuando la piel pierde la turgencia por relajación, agotamiento de la musculatura propia.
Cuando la piel no es capaz de recobrar su estado original después de un pliegue, por ejemplo después de dormir, aparecen la llamadas de posición.
Causas de formación de las arrugas
La causa fundamental de las arrugas es el envejecimiento cutáneo producido por:
La pérdida de la capacidad de soporte de la piel
La degeneración de las fibras de colágeno
En la mujer tras la menopausia disminuye además la cantidad de colágeno
La pérdida de elasticidad de las fibras de elastina
La disminución de la densidad de la piel porque los gluosaminoglicanos reducen la capacidad de retener agua.
La reducción de la respuesta inmunológica dejando a la piel más expuesta a infecciones.
Pueden existir otros factores concomitantes como pueden trastornos hepáticos, obesidad, extrema delgadez, problemas circulatorios, que hacen que se disminuya el aporte de nutrientes a la piel, la diabetes y otras enfermedades. Además la piel asiática y la piel negra están más protegidas contra las arrugas que la caucásica.
Factores que agravan:
La exposición solar. La radiación UVA llega hasta las zonas más profundas de la dermis causando daño en el colágeno y la elastina.
La contaminación y el tabaco secan la piel, además determinadas toxinas de su humo impiden la formación del colágeno.
Alimentación inadecuada y una nutrición poco natural impiden el aporte de los elementos, los antioxidantes y sales minerales necesarios para la formación de colágeno.
Productos cosméticos agresivos o no adecuados.
El estrés aumenta la contracción de los músculos y aumenta la producción de arrugas.