En el año 2012 fuimos los primeros que viendo la alarma que había creado el tema de las nanopartículas en los fotoprotectores escribimos un artículo en nuestro blog sobre este tema.
Recuerdo que fuimos preguntando a todos nuestros proveedores si en sus fórmulas contenían nanoparticulares y pudimos observar como en demasiadas ocasiones desconocían de lo que estábamos hablando.
Los reparos, a veces convertidos en miedos desmedidos, pero siempre interesantes como indicadores de una tendencia de cuidado han tardado unos años en llegar a nuestro país. Esta temporada estamos recibiendo innumerables preguntas respecto a este tema y percibimos cierta confusión incrementada por algunos blogs que lejos de aclarar el tema parece que aplican la nanotecnología al conocimiento y a la información.
¿Qué son las nanopartículas?
El reglamento de la UE lo define
Nanomaterial » : Un material insoluble o biopersistente fabricado intencionalmente que presenta una o más dimensiones externas o una estructura interna del orden de 1 a 100 nm (nanómetros).
Lo primero que debe quedar claro es que aunque encontremos las nanopartículas en productos de cosmética natural, este tamaño de partículas no se encuentra de manera natural en el medioambiente, sino que ha de ser fabricado intencionadamente. Es decir el dióxido de titanio o el óxido de zinc han de ser “triturados” hasta ese tamaño.
Ventajas de las nanopartículas en cosmética natural
En la fotoprotección mineral física se requieren pequeñas partículas que actúen de mini espejos capaces de reflejar la radiación que llega hasta la piel. El gran problema es que los fotoprotectores con este tipo de filtros son difíciles de extender y dejan una desagradable y antiestética película blanca en la piel.
Para evitar este engorroso inconveniente desde hace unos años algunos fabricantes de fotoprotectores minerales decidieron micronizar el dióxido de titanio y el óxido de zinc para mejorar así las calidades cosméticas. El siguiente paso fue reducir aún más el tamaño de esas partículas mediante el empleo de la nanotecnología.
Peligro de las nanopartículas en cosmética
El problema es que no se dieron cuenta que con la disminución de diámetro también podía aumentar la capacidad de penetración de las nanopartículas que podrían penetrar a través de la piel o ser inhaladas llegando al pulmón donde serían susceptibles de causar un daño tisular.
El peligro de lo desconocido
El primer peligro que se encuentra en el manejo de las nanopartículas es el desconocimiento. No se puede predecir su comportamiento por lo reciente de su aparición. Lo que ha producido esa alarma es el hecho de poder penetrar en el organismo lo cual las hace sospechosas de poder causar daños.
Se las considera potencialmente peligrosas aunque no se ha podido demostrar este riesgo.
Sería tan deseable que los legisladores nacionales, europeos y mundiales pusieran el mismo celo en los reales riesgos de otras sustancias tóxicas que se encuentran de manera tan invasiva en muchos cosméticos y alimentos.
Aún así no se trata de establecer un frentismo, sino de eliminar los riesgos de darlos a conocer de manera que el consumidor pueda informarse y pueda elegir libremente la mejor opción.
El peligro de penetración en el organismo
Su tamaño les podría permitir entrar a través de los poros de la piel e, incluso, quedar suspendidas en el aire por lo que pueden ser inhaladas llegando al pulmón. Cuando estas nanopartículas son de sustancias como el aluminio pueden llegar a ser muy peligrosas.
El daño ambiental
Cuando estas nanopartículas se liberan en espacios naturales protegidos pueden causar un potencial perjuicio ambiental en animales.
Durante el embarazo
Existe un estudio cruel de ratonas preñadas a las que se les ha expuesto a altas dosis de nanopartículas de dióxido de titanio produciéndoles malformaciones fetales. Hay que considerar que a estos ratones se les forzó a entrar en contacto con este material en mucho mayores proporciones y de manera mucho más directa de lo que se puede llegar cuando se aplica en forma de crema o loción.
El riesgo de los manipuladores
Los trabajadores que trabajan en la síntesis y fabricación de este tipo de productos deben emplear unas medidas de seguridad muy estrictas con el fin de no inhalar estas nanopartículas.
Un peligro relativo
EWG que fue quien dió en EEUU la voz de alarma sobre el peligro potencial de las nanopartículas en los fotoprotectores, ha corregido esta alarma en versiones posteriores e incide en que este riesgo es teórico y potencial, mientras que la amenaza y la toxicidad de los fotoprotectores químicos está sobradamente contrastada y demostrada.
Por ello recomienda que en el caso de solo encontrarse entre fotoportectores físicos y químicos la elección siempre serían los filtros físicos aunque se encuentren en nanopartículas.
Existen estudios que muestran que las nanopartículas apenas entran a través de la piel.
Cuando se encuentran dentro de una fórmula es muy difícil que se dispersen por el aire y que, por tanto, se puedan inhalar.
De hecho la comisión Europea ha llevado a cabo una adenda en la que se recoge la seguridad del empleo de nanopartículas hasta un máximo de un 25% de concentración en la fórmula.
Cambios legislativos
La UE ha decidido que todos los productos que lleven nanopartículas en su composición deben indicarlo en su INCI mediante el prefijo nano.
Los fabricantes alegan que ellos pueden partir de nanopartículas que posteriormente se agregan formando tamaños mayores que eliminan todo el riesgo que se estimaba.
Nuestra opinión
Es un tema que se debe actuar con cautela. Todavía no existen estudios concluyentes.
Dificultad en la determinación del tamaño de las partículas
El primer problema que se encuentran tantos los laboratorios fabricantes como los analizadores es la dificultad para determinar algo tan difícil como es el tamaño de una partícula tan minúscula en una formulación que varía en el tiempo. Se hace mediante microscopía electrónica o mediante complicadas y costosas técnicas de sedimentación. Así pueden demostrar el tamaño de sus partículas en producto acabado.
Estos estudios han demostrado que además el tamaño de las partículas puede variar tras agitarse el fotoprotector por lo que se debe llevar a cabo en producto antes y después de ser agitado.
El problema es que los legisladores no han determinado el método que se debe emplear para la medición ni se han normalizado o regulado los procesos de medición.
Elegir entre los diferentes peligros
El segundo asunto es la necesidad de llevar a cabo una valoración del riesgo con tres vértices:
El sol.
Los peligrosos filtros químicos.
Los potenciales riesgos de la nanotecnología.
En principio y como se detalla en el artículo siguiente los productores de cosmética natural han llevado a cabo muchos estudios que indican la incapacidad de que estas cremas y lociones liberen nanopartículas, se entra más detallado explicando fabricante a fabricante lo que ha indicado. Pero entendemos la intranquilidad que puede crear la sospecha.
Nuestro deseo es que se desarrollen cada vez más los filtros biológicos como es el caso del pongamol originario de la karanja que permitirá minimizar la cantidad de filtros físicos de una fórmula y hará innecesaria la nanotecnología obteniéndose productos con una buena calidad cosmética.